o podría existir el mundo, o incluso la vida, sin bacterias, sin hongos, sin virus. Muchos microbiólogos están convencidos de que la obsesión actual por la esterilidad, no es solamente un esfuerzo en vano, sino que es perjudicial. Las bacterias intestinales pueden influir en enfermedades neurológicas graves como el autismo, el parkinson e incluso el alzheimer. Mantener una microbiota sana y variada es una forma de protegernos contra muchas enfermedades, de la mente y también del cuerpo. Y tenerlo en cuenta podría cambiar por completo el enfoque en lo que concierne a enfermedades psiquiátricas y las terapias que se utilizan para estas enfermedades.
Autor: La noche temática – RTVE